Conocida es la importancia del recurso humano en las organizaciones privadas o públicas para mediante diferentes estrategias ayudar al logro de los objetivos y metas que la entidad se ha propuesto, lo que permitirá que esta siga vigente y competitiva.

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Hoy en día y producto del permanente cambio, la innovación y la necesidad de la inmediatez, es que el concepto “recurso humano” se ha transformado en “gestión del talento” el cual promueve el incentivar y provocar cambios positivos en las personas o empleados, para lograr incluso los objetivos más ambiciosos en una organización.

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Una vez aceptado lo anterior por cualquier entidad, viene el gestionar un intangible muy difícil de conocer y medir, el cual puede transformarse en beneficios tangibles y medibles en un futuro mediano si se sabe liderar, trabajar e incentivar, me refiero al “capital del talento”, es decir, el considerar al conocimiento de las personas como un bien para la organización o empresa.

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Muchas veces en el proceso de selección de trabajadores o funcionarios, los reclutadores sólo se preocupan de llenar vacantes y cumplir con las necesidades de personal, no considerando la totalidad de los conocimientos que cada persona tiene y que podrían ayudar a satisfacer no sólo la necesidad del puesto específico del trabajador, sino también otras necesidades. Es por esto que las organizaciones pueden aprovechar el conocimiento de sus trabajadores, ya sea el adquirido en aulas o en experiencias laborales, para utilizarlo a su favor y considerarlo un activo real que provocará beneficios en el mediano y largo plazo.

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El bien utilizar el capital del talento hoy en día, puede significar que una empresa o servicio público solucione problemas administrativos, financieros, logísticos o de cualquier área, sin invertir recursos monetarios y sólo considerando las posibles soluciones viables que se generen por desarrollo del intelecto de los propios trabajadores, lo que de ser permanente y sostenible implicará un ahorro considerable en los distintos costos asociados, además de posibles innovaciones en sus productos, servicios, prestaciones o modelos de negocios, según el origen de la organización.

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El capital del talento es entonces una potente y efectiva herramienta que se puede considerar una fortaleza junto con sus trabajadores para lograr cambios positivos mediante el uso del liderazgo, trabajo en equipo, motivación, logro de metas, empoderamiento de puestos de trabajo y compromiso, todo lo cual permitirá que se enfrente con éxito los problemas internos y las complejas externalidades y riesgos de economías y mercados cada vez más inestables.